Si dicen que buscar empleo es una carrera de fondo y para correr hay que entrenar, podemos llegar a la conclusión de que las entrevistas de trabajo y los procesos de selección se preparan. ¿Cómo? Entre otras cosas, reforzando nuestros puntos fuertes y reformulando aquellos en los que se flaquea más para tratar de ponerlos a nuestro favor. Las empresas de trabajo temporal que se encargan de seleccionar a los mejores candidatos y candidatas para las empresas tienen en cuenta una serie de actitudes laborales. Actitudes que buscan en los candidatos para saber si son aptos o no para determinado puesto. No hablamos de “aptitudes”, es decir, de conocimientos, destrezas o certificaciones. Hablamos de la actitud, del lenguaje verbal y del no verbal. Hay ocasiones en las que sirve de poco tener un currículum brillante si la actitud que se muestra en la entrevista no es la adecuada a ojos del técnico de selección de personal.
Como es lógico, hay puestos de trabajo en los que se valora más la actitud. Depende por ejemplo del lugar que se vaya a ocupar en el organigrama de una empresa. Si a lo que se aspira es a un puesto bajo en la cadena de mando se prestará menos atención a los aspectos relacionados con la afectividad y las actitudes. Otras veces en cambio hay que dar con una persona con mucha capacidad de decisión y que sea capaz de tener gente a su cargo con solvencia.
De todos modos, en Tecnylabor recordamos siempre que hay actitudes comunes. Una de ellas es la asertividad, es decir, la capacidad para comunicar aspectos importantes (positivos o negativos) con firmeza pero sin que sean ofensivos. Por ejemplo, un profesional de RRHH valorará positivamente que el candidato hable sin tapujos de sus expectativas profesionales en la organización.
En las empresas de trabajo temporal también hemos comprobado cómo suele valorar positivamente que la persona muestre curiosidad e interés por la empresa. Lo mismo pasa con la amabilidad. Es una actitud a poner en práctica cuando se dan fallos de comunicación, desgaste profesional o climas de tensión. En cuanto a la proactividad, se trata de aprovechar la entrevista para convertirla en un espacio de diálogo. Hay que mostrar además una actitud receptiva. Por ejemplo, no interrumpiendo a las personas cuando hablan. Otro rasgo positivo que hará al candidato ganar puntos es mostrar orientación hacia los resultados. Se trata de que el aspirante se muestre interesado en enfocar su actividad hacia los fines de la empresa para la que espera trabajar.