Si entre tus propósitos para 2018 está el de cambiar de trabajo o si necesitas dar un empujón a la carrera de fondo que es la búsqueda activa de empleo, te conviene ir bien preparado a las entrevistas. Ya sean en agencias de empleo temporal o directamente en las empresas contratantes. Entre las pautas de preparación destaca una a la que queremos dedicar este post: saber responder a las preguntas consideradas “trampa”.
Es innegable que, teniendo en cuenta la situación actual del mercado laboral, hoy día son muchas las exigencias requeridas para optar a un puesto de trabajo. Se hace más complicado pasar el filtro que los entrevistadores y responsables de recursos humanos. Estos muchas veces se valen de preguntas que popularmente se conocen como trampa. Una de las más comunes es “¿por qué crees que deberías ser tú el seleccionado y no otro candidato?”. Para poder responder de forma adecuada lo recomendable no solo es enumerar las aptitudes técnicas que se tengan, sino centrar el discurso en experiencias y habilidades adquiridas a lo largo de la vida profesional. Por ejemplo, dotes no tan académicas y más enfocadas a la comunicación, la organización y el liderazgo.
Si nos preguntan qué rasgos destacaríamos de nuestra personalidad no hay que referirse a cuestiones de ámbito privado y sí aportar información orientada a conseguir el trabajo. Destacando por ejemplo logros profesionales y académicos o habilidades específicas.
En Tecnylabor te recordamos que una de las preguntas trampa estrella es la de cuál es el mayor defecto del candidato. Aunque parezca que no, respuestas del tipo “soy demasiado perfeccionista” o “tengo adicción al trabajo” pueden ser vistas como virtudes por el responsable de selección. Siempre es recomendable destacar posibles debilidades que, con el tiempo, se hayan convertido en fortalezas. Por descontado, se han de omitir respuestas que indiquen que el candidato es por ejemplo lento, disperso o impuntual.
Cuando un entrevistador pregunta al candidato si tiene alguna pregunta es importante que este no responda “no”. Siempre hay algo que se pueda preguntar. No hacerlo puede demostrar apatía y falta de interés. Se pueden hacer preguntas concretas sobre el departamento en el que se aspire a trabajar.